Este encargo tenía claro su objetivo: conseguir que el catálogo fuera el gran pack y aplicar la hoja de estilo definida hasta ese momento. Y no le faltaba razón al briefing, ya que un catálogo de producto no deja de ser eso, un contenedor de todo lo que puede ofrecer una marca.
Y este tenía todos los guiños del trabajo desarrollado y en sintonía con su versión digital, la web: misma gama cromática, el uso de blancos y grises, tipografía, estilo de imágenes de producto…
Salvo las fotografías de los bodegones, usadas también en la web con gran protagonismo, todo comparte estilo y función.