Otro proyecto gastronómico. Un local donde cocina y comedor comparten protagonismo, pero también un espacio donde se hacen talleres, presentaciones o cáterings… Un universo culinario.
Teníamos que crear una imagen dual que encajara tanto en uno como el otro concepto. Y que fuera fácil de entender y diferenciar. Y que fuese fresco, sin pretensiones, fácilmente aplicable y que hiciera marca. No queríamos una marca al uso, por eso el imagotipo principal es una fotografía.
Y buscamos el origen: un plato vacío donde los utensilios de cocinar o de comer fueran su hábitat natural. Y con una visión cenital, como de escenario de trabajo o placer, y las letras puestas sobre la mesa con un juego de tamaños, grosores, minúsculas y mayúsculas como si fueran ingredientes tipográficos. Y el resultado es este…