Pocas veces nos hemos planteado crear una tipografía especialmente para un encargo. Pero este caso fue especial. Lo creímos necesario para que el resultado tuviese una unidad muy definida, dotar al conjunto de aplicaciones de unos recursos tipográficos flexibles y a los diferentes eventos de un mismo eje visual.
Para ello diseñamos una tipografía contundente, con mucha mancha pero ligera, al límite de la legibilidad pero inteligible, con una gran carga estética pero funcional y que llevara todo el peso del diseño, con elementos que perdiesen su apariencia de letra para convertirse en un elemento gráfico. E incluso con un punto infantil que recordase la escuela. ¿Por qué no? En el fondo ese es el fin…